jueves, 31 de marzo de 2011

lunes, 28 de marzo de 2011

sábado, 26 de marzo de 2011

Una oportunidad para la solidaridad

La violencia asesina del terremoto del sudeste asiático nos ha puesto ante nuestra desnuda condición humana y ante nuestras responsabilidades. Ante la insuficiencia de nuestros conocimientos y ante la insuficiencia de nuestra tecnología. Hay fenómenos que parecen aumentar por la acción del hombre. Razón por la cual tenemos que asumir las consecuencias y los efectos de unas decisiones que tomamos diariamente con relación al hábitat y a la historia.

Los científicos señalan que la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera alterará el clima y fomentará los fenómenos externos. Los científicos nos deberán dar las razones y el nivel de inevitavilidad de estos hechos. Evidentemente, todos deploramos lo ocurrido y nos rondan (como siempre) las dudas sobre lo que debería haberse hecho para evitarlo. Ante lo irremediable ya no valen los lamentos, sino las soluciones y la solidaridad.

Es verdad que la desmesura de este acontecimiento y su carácter repentino, han golpeado nuestras conciencias y provocado un choque emocional. Pero no olvidemos esto: cada día, según la FAO, a causa del hambre y la malnutrición, mueren en el mundo 25.000 personas, especialmente niños. Recordar en estos momentos este dato, no significa relativizar la magnitud de la tragedia del sudeste asiático.

Estos hechos y verdades deberían llevarnos a la reflexión profunda y a la acción política. No podemos quedarnos quietos. El que nuestros gobiernos tomen unas decisiones u otras son significativas de unos valores positivos e importantes o negativos y secundarios. Lo ocurrido en el sudeste asiático nos ayudará a abrir los ojos. La movilización de la solidaridad de los ciudadanos tendría que orientarse no solo en lo económico, sino también en lo político, y estructurarse seriamente en torno a dos objetivos bien claros: el aumento de la ayuda pública al desarrollo y la condonación de la deuda pública de los países pobres. Y esto, particularmente en lo que se refiere a los países afectados por el tsunami, pero también a los países más desfavorecidos de esta Tierra.

Los buenos sentimientos de estos momentos tienen que transformarse en verdaderas medidas que respondan a los auténticos problemas que tiene la Humanidad.

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jueves, 17 de marzo de 2011

domingo, 13 de marzo de 2011

martes, 8 de marzo de 2011