
''Deberías hacer tantas cosas... como por ejemplo, volverte dinero. Tan fácil de perder, tan difícil de ganar. Deberías ser producto de gran consumo. Acompañado siempre de tu slogan; Ni se le ocurra salir sin él. Ser camiseta. O mejor, ropa interior. Imagino que no hay que explicarte por qué. Deberías llegar a todos los kioscos. Entre chucherías muy dulces y revistas que se compran por los artículos de investigación. Igualmente, habría que colocarte en las farmacias. Entre profilácticos con sabores y pastillas para la lumbalgia, dosis de 2, 4 y 6 carcajadas al día. Deberías cobrar por suspiro. Plus de peligrosidad cada vez que hicieras suspirar. En cuanto al precio, no sé, deberías salir más caro que las putas de lujo, pero tampoco tanto como un político, no nos vayamos a engañar. Deberías convertirte en trofeo. Y declararte desierto edición tras edición. Salirte de todos los mapas. Crecerte en los circos de enanos. Poner a parir a todas las burras. Y a caer de un burro a los que aún no lo son. Deberías embotellarte en frascos de perfume. Que hubiese que restregar mucho para sacarte de la botella. Y luego encima tuviesen que concederte los 3 deseos a ti. Fabricarte a mano y a máquina. Estamos todos hartos de tanto frotar. Patrocinar las cajas de kleenex. Poner a prueba el blanco de Ariel...''
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